Arqueólogos descubren evidencia de igualdad de género hace 6.000 años



Un estudio realizado por la Universidad de Ginebra, utilizando geoquímica de isótopos, reveló que el 14% de los individuos enterrados hace 6.000 años en la necrópolis de Barmaz, en Suiza, no eran locales. Este hallazgo sugiere una notable movilidad en esta sociedad del Neolítico Medio. Además, la investigación demostró que tanto los miembros locales como los no locales de la comunidad tenían acceso igualitario a los recursos alimentarios, sin diferencias dietéticas basadas en el origen o el género. Esto sugiere que la sociedad era relativamente igualitaria en términos de distribución de alimentos.

Las proporciones de isótopos de carbono, nitrógeno y azufre presentes en los huesos revelan que todos los miembros de la comunidad, incluidas las personas provenientes de otros lugares, tenían acceso a los mismos recursos alimentarios. Estos hallazgos han sido publicados en el Journal of Archaeological Science: Reports.

El Neolítico marcó el inicio de la ganadería y la agricultura. En Suiza, este período se extiende entre el 5500 y el 2200 a.C. Las primeras comunidades agropastoriles pasaron gradualmente de una economía depredadora, basada en la caza y la recolección para obtener nutrientes esenciales, a una economía de producción. Este cambio transformó radicalmente los hábitos alimentarios y la dinámica de las poblaciones neolíticas. Los huesos y dientes de las personas conservan rastros químicos que los científicos ahora pueden detectar e interpretar.

El objetivo del estudio realizado por Déborah Rosselet-Christ, estudiante de doctorado en el Laboratorio de Arqueología de África y Antropología de la Facultad de Ciencias de la UNIGE, es aplicar el análisis de isótopos a restos humanos del Neolítico para investigar su dieta y movilidad. Los niveles de isótopos de carbono, nitrógeno, azufre y estroncio varían según el entorno en el que cada individuo vivía y se alimentaba. Los isótopos son átomos que poseen el mismo número de electrones y protones pero diferente número de neutrones. Esta técnica altamente precisa y delicada se está utilizando por primera vez en poblaciones agropastoriles del Neolítico Medio en la parte occidental de Suiza.

Movilidad según el segundo molar

El yacimiento de Barmaz, excavado en las décadas de 1950 y 1990, en Collombey-Muraz, en la región de Chablais (Valais), es uno de los restos más antiguos de sociedades agropastoriles de la parte occidental de Suiza que ha conservado restos humanos. Se compone de dos necrópolis que contienen los huesos de unas setenta personas. Para su maestría, Déborah Rosselet-Christ, primera autora del estudio, seleccionó a 49 de ellos (tanto mujeres como hombres) a los que tomó sistemáticamente muestras de colágeno de determinados huesos, así como fragmentos de esmalte de sus segundos molares.

“El segundo molar es un diente cuya corona se forma entre los tres y los ocho años”, explica el investigador. “Una vez formado, el esmalte dental no se renueva por el resto de su vida. Por tanto, su composición química refleja el entorno en el que vivió su propietario durante la infancia. El estroncio (Sr) es un buen marcador de movilidad. La proporción de abundancia entre dos de sus isótopos (es decir, su proporción) varía mucho según la edad de las rocas circundantes. Estos elementos químicos terminan en el esmalte a través de la cadena alimentaria, dejando una firma indeleble y específica de cada entorno”.

El análisis de las proporciones de isótopos de estroncio en los 49 individuos de Barmaz revela una alta homogeneidad en la mayoría de ellos, con valores notablemente diferentes encontrados solo en el 14% de las muestras, indicando un origen distinto para estos individuos. Según Jocelyne Desideri, profesora senior del Laboratorio de Arqueología de África y Antropología de la Facultad de Ciencias de la UNIGE y última autora del artículo, "La técnica nos permite determinar que estos individuos no pasaron los primeros años de su vida en el lugar donde fueron enterrados, aunque es más difícil precisar su lugar de origen". Añadió además que, "Nuestros resultados muestran que la movilidad era común en esa época. Esto no es sorprendente, dado que varios estudios han documentado fenómenos similares en otros lugares y períodos del Neolítico".

Dieta grabada en colágeno.

El colágeno se utiliza para determinar las proporciones de isótopos de carbono (δ13C), nitrógeno (δ15N) y azufre (δ34S). Cada medición ofrece información detallada sobre aspectos específicos de la dieta, como las categorías de plantas según el tipo de fotosíntesis que utilizan, la cantidad de proteína animal consumida y la ingesta de alimentos acuáticos. Debido a que los huesos se renuevan constantemente, los resultados reflejan los últimos años de vida de un individuo. En este contexto, los científicos dedujeron que los antiguos habitantes de la región de Barmaz tenían una dieta predominantemente basada en recursos terrestres, con un consumo notablemente alto de proteína animal.

"Lo más interesante es que no medimos ninguna diferencia entre hombres y mujeres", señala Déborah Rosselet-Christ. ''Ni siquiera entre locales y no locales. Por tanto, estos resultados sugieren un acceso igual a los recursos alimentarios entre los diferentes miembros del grupo, cualquiera que sea su origen o sexo. Sin embargo, este no es siempre el caso. Por ejemplo, existen diferencias dietéticas entre los sexos en las poblaciones neolíticas del sur de Francia”.

Una imagen más clara de las sociedades agropastoriles

Sin embargo, los científicos pudieron demostrar que sólo en una de las necrópolis (Barmaz I) se enterraron personas foráneas y en la otra (Barmaz II) se midieron niveles más altos del isótopo de nitrógeno. Dado que las dos necrópolis eran contemporáneas (y sólo estaban separadas por 150 metros), esta última observación plantea la cuestión de si hubo una diferencia de estatus social entre los dos grupos de fallecidos.

"Nuestras mediciones de isótopos son un complemento interesante a otros métodos utilizados en arqueología", afirma Jocelyne Desideri. "Ayudan a aclarar el panorama que estamos tratando de pintar de la vida de estas primeras sociedades agropastoriles alpinas, las relaciones entre los individuos y su movilidad".

Autor Rosa Célleri

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